Celebración del 8M en el colegio Claret

Sábado, 09/03/2019
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El día del 8M, y, atendiendo a nuestro ideario cristiano, tuvimos una actividad de tutoría en la que chicas y chicos trabajaron juntos desde el primer minuto. Trabajamos sobre las mujeres importantes en la historia y en la vida de cada uno.

Al final de la mañana, las chicas del secundaria salieron al patio para hacer visible como sería el colegio sin ellas.

Fue un trabajo bonito sobre igualdad desde nuestro ideario cristiano, alejado de todo contenido político y acompañado por sus profesores.

Os agradecemos vuestro apoyo para  continuar trabajando por un mundo mejor.

Al final de la noticia tenéis todo el material con el que trabajamos este día

 

  

 

 

Aquí podéis ver el distinto material con el que trabajamos este día:

 

ORACIÓN DE LA MAÑANA

Trabajo sobre las mujeres en la historia moderna 3º ESO

Propuesta de la acción tutorial en secundaria

 

Y terminamos con el texto conmemorativo de este día que el COnsejo de Dirección mandó a todas las familias:

Rondando el año 65 llegaron al colegio las primeras profesoras, Elisa y Paquita. De Elisa recuerdo el pelo casi blanco y que me enseñó a leer, de Paquita me viene a la memoria los dibujos que hacía en la pizarra.

Pero hubo antes otra mujer, que aparece sola entre profesores en una orla antigua en blanco y negro. Es una orla de fotos pequeñas pegadas sobre cartón, sin nombre. El de ellos ha sido fácil de encontrar. Ella no sabemos quién fue.

En los años 60 los contratos de las maestras ya no contenían aquellas cláusulas que las impedían casarse o andar en compañía de hombres, ni ir a heladerías. Eran contratos que prohibían fumar y vestir ropas brillantes, teñirse el pelo, maquillarse o andar sin llevar dos enaguas. Muchas maestras empezaban a trabajar entonces mientras estudiaban en la universidad. El 31 % del alumnado universitario era mujer. La mayor parte de las veces compartía el tiempo de estudios con el cuidado de la familia y todo el trabajo de la casa.
 
Unos años después, llegaron al colegio Nati Alvarado y Carmen Benito. Carmen me trajo al colegio de la mano el primer día y aún vuelve de vez en cuando. Sobre el 67 o el 68 llegaron al colegio Mari Nieves y Paloma. A todas les hemos preguntado si se acordaban de aquella otra maestra y no lo recordaban. En esos años, y hasta hace poco tiempo, a las profesoras se las llamaba señoritas y a los profesores se les ponía título de don. La señorita Nati, don Pablo... Todos los alumnos eran chicos, y el colegio se hizo pensando para ellos. Hasta el curso 82/83 no llegaron las primeras chicas. Lo hicieron en COU, y en 1986 en BUP. Imagino que no sería fácil. Alguna de ellas hoy sigue en el colegio, trabajando como profesora. Hasta el año 88 o el 89 las chicas no empezaron a estudiar en el colegio en los primeros cursos de primaria. Eran pocas, apenas 7 por clase. En el año 93 llegó a Secretaría la primera de todas las que trabajan en el Personal de Acción y Servicio.
 
Hoy el colegio sería impensable sin ellas: cerca del 70% del profesorado, el 95% del personal de administración y servicios, el 50% del alumnado, las médicas y enfermeras desde el año 93, son mujeres. Como institución educativa debemos seguir avanzando en igualdad. Debemos responder a los retos del futuro con el que nos compromete nuestro ideario. Un 10% de las mujeres entre 16 y 24 años han sufrido algún tipo de violencia física, el número de menores procesados por violencia de género ha aumentado un 5% en los últimos años y conocemos la cruda realidad del goteo incesante de mujeres asesinadas por hombres.
Trabajar la Igualdad, el respeto mutuo y el encuentro es una labor fundamental en la escuela actual. Hace muy poco asistió a nuestro acto de graduación un chico maquillado con los colores brillantes que les prohibían a las maestras en los años 20. Sin duda, la mejor prevención es la educación.
 
Aún queda mucha tarea por hacer. No puede ser que se controlen los móviles de nuestras parejas, que en las redes sociales haya bromas por el aspecto físico o la manera de vestir o que en un pasillo se permita un comentario hacia una compañera fuera de lugar. No puede ser que, por cotidiano, quede todo normalizado, porque muchas veces es la punta del iceberg de una realidad escondida que marca negativamente la diferencia. Por eso es un compromiso, cristiano, justo, afín a nuestro ideario, y una necesidad, que todas y todos nos impliquemos en la lucha por una igualdad efectiva y real, que cuide a los demás y que haga que nuestras alumnas y alumnos crezcan libres y no tengan que crecer valientes. En la oración de hoy se ha leído que “por ellas, por todos, celebraremos el 8 de marzo, el Día de la Mujer, como una oportunidad de reflexionar juntos, de detectar y denunciar situaciones injustas en nuestro ámbito escolar, familiar y de amistad, para construir una igualdad real en la que nacer niña no suponga una dificultad para conseguir nuestros sueños”.
 
Hubo muchos niños, cuando esta escuela era solo de chicos, a los que una maestra enseñó a leer y a contar y a escribir. Es otra mujer de la lista de la invisibilidad, sin nombre, pero que hizo que nuestro colegio, uno de los mejores, siga apostando por la justicia. Seguro que alguno de aquellos chicos aún se acuerda de su nombre.
Maestra, Gracias.